El Campeón sin corona
Akiba Kivelevich Rubinstein nació el 12 de diciembre de 1882 en la ciudad polaca de Stawiski.
Era el menor de 12 hermanos y debido a su condición de judío estaba destinado a
ser rabino aunque la vida le deparó un destino muy diferente.
Aprendió a jugar con 16 años y, aunque es
una edad un poco tardía , mejoró rápidamente y, su
prodigiosa memoria le permitía recordar la mayoría de las partidas de los dos
ídolos de su juventud: Morphy y Anderssen.
El juego de Rubinstein
se caracteriza por su precisión y daba la sensación de armonía y belleza. Su
versatilidad le permitía jugar como más le interesara y lo mismo podíamos ver
una brillante partida táctica como un fino juego de maniobras rematado con
excelente final de torres. En ese aspecto se puede considerar el primer jugador
universal de la historia y Capablanca dijo, en referencia a la partida Rubinstein – Schlechter "Pocas partidas me han impresionado tanto.
Para mí es una obra maestra, completa, un monumento de grandiosa precisión. Por
si sola sirve para demostrar como debe jugarse al ajedrez".
Akiba fue también un gran innovador en el
campo de las aperturas y hay multitud de variantes que llevan su nombre en la
apertura de los 4 caballos, la defensa Nimzoindia, la
defensa Francesa, el Gambito de Dama, etc. Líneas de juego que han demostrado
su solvencia y no han dejado de practicarse, a todos los niveles, desde
entonces.
Todas estas virtudes propiciaron que
fuera el jugador más indicado para disputa el título al Campeón Mundial E. Lasker pero, según las normas de la época, el aspirante
tenía que conseguir el fondo de premios y al comenzar la I Guerra Mundial le
imposibilitó conseguirlos.
La citada guerra le dejó secuelas
psicológicas irreversibles que le impidieron rendir, a partir de entonces, al
nivel de los mejores, retirándose definitivamente del ajedrez de competición en
1932. Rubinstein falleció en 1961 en Amberes
(Bélgica)