Paul Keres      

Pablo Segundo

 

 

Paul Keres está considerado como el mejor jugador de la historia (junto con Akiba Rubinstein) que no ha podido dispu9tar una final del Campeonato Mundial. Nació en Narva (Estonia) el 7 de enero de 1916 y tuvo una carrera plagada de éxitos hasta que falleció en Helsinki en el año 1975 cuando volvía de jugar (y  ganar) el torneo de Vancouver.

Paul Keres fue uno de los mayores ejemplos de talento natural para jugar al ajedrez. Aprendió a jugar a los cuatro o cinco años, observando cómo jugaba su padre, y aunque en sus primeros años no pudo enfrentarse a buenos jugadores por vivir en un pueblo, pronto destacó en su país. En 1934 ganó el campeonato estoniano. La primera vez que jugó en un torneo internacional fue como primer tablero del equipo estoniano en la olimpiada de Varsovia de 1935. En 1936, en el torneo de Bad Nauheim empató en el primer puesto con el Campeón Mundial Alekhine. En 1936 y 1937 le sucedieron diversos éxitos hasta que en el año 1938 venció en el torneo AVRO, en el que jugaron los ocho aspirantes al título mundial más capacitados. Durante la década de los 30 Keres conmocionó al mundo del Ajedrez al vencer en sendas partidas a Capablanca, Alekhine y Euwe. Sin embargo, el comienzo de la 2ª guerra mundial impidió el enfrentamiento con Alekhine.                                                                                                         

Tras la guerra Keres ocupó el tercer lugar en el famoso por el campeonato Mundial de 1948, lo que supuso un relativo fracaso. Sin embargo, Keres no se desanimó e intentó conseguir la corona mundial hasta siete veces más siendo segundo en los torneos de Candidatos de 1953, 1956, 1959 y 1962 lo que dio pie a que le llamaran Pablo Segundo.

Keres tenía un estilo vistoso y personal, en el que predominaban las ideas de ataque, pero con un fino instinto posicional. El juego de Keres causó una profunda impresión en su época. Era un jugador agresivo, con una extraordinaria imaginación combinativa, lo que le valió el favor de los aficionados. Sin embargo, esta combatividad se fundamentaba en profundos conocimientos del juego de posición. Keres jugaba bien todas las fases de la partida y parecía encontrarse cómodo en todo tipo de posiciones. No tuvo rival en la comprensión de cada partida, pero nunca llegó a ser campeón del mundo. Lo único que se opuso en su camino fue él mismo. No podía controlar sus nervios en las situaciones límite, lo que le hacía cometer fallos en los momentos decisivos, alguna vez llegó a desmayarse de la tensión. Para muchos ha sido un campeón sin corona.

 

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