El brujo
David Ionovich Bronstein nació en la ciudad ucraniana de Belaya Tserkov el 19 de febrero
de 1.924 y falleció el 5 de diciembre de 2.006 en Minsk
Bronstein destacó muy joven, y aunque no ha sido considerado
un niño prodigio, sí que se le auguró un esplendido futuro. Bronstein
no decepcionó a los que creyeron en él y, con solo 16 años obtuvo el título de
Gran Maestro, siendo el jugador más joven en conseguirlo hasta ese momento. Su
época dorada empezó en 1.945 cuando consiguió ganar por primera vez el
Campeonato de la URSS, repitiendo título al año siguiente. Comienza entonces su
carrera por el título mundial. Una
pasados los torneos zonales, interzonales y torneo de
candidatos llegó el momento de enfrentarse al patriarca soviético, M. Botvinnik, El match ha sido uno de los más interesantes de
la historia ya que se enfrentaba Botvinnik “el
científico” contra Bronstein “el artista” y, además,
las presiones gubernamentales que apoyaban al campeón. "Me han
preguntado muchas, muchísimas veces, si fui obligado a dejarme perder en la 23ª
partida de mi match con Botvínnik y que si había una
conspiración en mi contra para impedir que le arrebatase el título a Botvínnik. Se han escrito un montón de tonterías acerca de
esto. La única cosa que estoy dispuesto a decir acerca de esto es que yo estaba
sometido a una presión psicológica -desde varias frentes- tan grande que
dependía totalmente de mí dejarme vencer o no por esa presión. Dejémoslo
así", ha
manifestado posteriormente Bronstein. También ha
dicho: ”Lo más importante no era ganar o perder. Era demostrar que
había otra forma de jugar al ajedrez”.
David Bronstein
era una persona amable que hizo muchos amigos y fue muy respetado y querido,
pero cometió un error: Amaba la libertad y no se adhirió a Partido Comunista,
ello le trajo problemas en la Unión Soviética y le impidió poder jugar muchos
de los mejores torneos, lo cual le causó un grave prejuicio en su carrera. Pero
él tenía sus principios "tenía mis razones
para no convertirme en Campeón Mundial, puesto que, en aquellos tiempos,
semejante título implicaba encerrarse en un mundo oficial de burocracia
ajedrecística, con muchas obligaciones formales, y tal estado de cosas no es
comparable con mi carácter. Desde mi infancia siempre traté de ser un hombre
libre, y a pesar del país en que crecí, he intentado vivir toda la vida con
este espíritu. Por eso, me considero muy afortunado al pensar igual hoy, ahora
que puedo disfrutar de mi libertad". Solo en los años 90, con la apertura de fronteras pudo David
viajar con libertad.
Devik, como era conocido Bronstein, consideraba el ajedrez como un arte y, por
consiguiente, siempre buscaba ideas originales, en cualquier momento de la
partida y en cualquier tipo de posición, aunque obviamente es en el juego
táctico donde más podía lucirse, no teniendo, sus combinaciones, nada que
envidiar a las que ejecutaban los maestros del siglo XIX. S.
Gligoric nos explica perfectamente su juego:; "
Su fantasía era un torrente que no se podía detener. Recuerdo nuestras partidas
y los análisis post-morten. Aun ahora no puedo creer
las variantes que Bronstein consideraba durante el
juego. Era un mundo fantástico en el que mi fría razón, en el caso de que
pudiera hacerlo, nunca se habría atrevido a entrar ".
En
su juventud estudió las partidas de los grandes jugadores del pasado y
sorprendió a todo el mundo cuando comenzó a jugar asiduamente, y con éxito, el
Gambito de Rey. Pero también fue un innovador y gran culpa del éxito de la
Defensa India de Rey se la debemos a él. A este respecto son interesantes la palabras de Petrosian: "Los
jugadores jóvenes creen que el ajedrez moderno empezó con cosas tales como el Informator, pero los jugadores de mi generación sabemos que
empezó con Bronstein".
Como escritor ha sido muy activo siendo
sus libros son de gran calidad con un estilo claro y pedagógico. “Ajedrez de
Torneo. Zurich 1.953” es un autentico clásico,
“Aprendiz de Brujo”, “200 partidas abiertas”, “David Bronstein:
el maestro de la improvisación” y “Bronstein y La India de Rey” son otros títulos
traducidos al castellano.
" No diga que soy un genio, ni cosas por el
estilo. Diga simplemente que entendía la lógica del ajedrez, y con eso me habrá
definido perfectamente ". David Bronstein