CRONICA 009 - PUBLICADA EN EL 2008

   Erase una vez un equipo de ajedrez que marcho cual Paris-Dakar hacia un lejano lugar. Entre sus componentes un novel jugador llamado Jorge tenia ese día una gran responsabilidad, una gran carga, jugar en el cuarto tablero, con blancas, menos mal, contra el equipo de Cieza. He ahí que comienza la partida. Jorge rellena la planilla lentamente, con confianza, con ese “no se que” de un futuro campeón. Mueve, e4, pulsa el reloj, el tiempo comienza su andar, la batalla ha comenzado.

   En la sala sus compañeros luchan, jugada a jugada, movimiento a movimiento. Mientras la partida de Jorge continúa. La partida se anima cuanto mas tiempo pasa, son muchos los que empiezan a mirar este duelo de titanes. En la sala contigua los grandes maestros y periodistas acreditados empieza a analizar con sus potentes ordenadores la partida, se murmura que la ultima jugada de Jorge es buena, es mas, los ordenadores dicen que tiene clara ventaja, pero que muy clara, el tiempo sigue corriendo.

   Nuestro héroe sigue en su silla, pensativo, concentrado, pensando en su nueva jugada. En su rostro se refleja la tensión del momento. Sus movimientos acompasados aportan seguridad a su juego, tiene al toro amarrao por los cuernos, la partida es suya, sigue corriendo el tiempo.

   Llega el final, se masca la tragedia en la sala de juego, nadie quiere mirar al tablero, esta que arde, ni siquiera sus compañeros tienen la valentía de ver como va esta cruel y dura contienda de jóvenes intelectos. En la sala de prensa la tensión fluye, incluso se oye a algún periodista gritar por el móvil “parar las rotativas…”. Son miles los aficionados que siguen la partida por internet, los foros fluyen con las posibles jugadas de los jugadores, pero todo esta perdido para el jugador ciezano.

   Poco a poco la cruel bandera cae, el reloj ha parado de correr, y nuestro héroe consigue su primera victoria oficial. La sala explota de júbilo contenido por la afición, aplausos, gritos y alguna que otra prenda de ropa intima femenina cae junto a nuestro jugador. Es el vencedor, el “namber uan”, el único, el que mola mazo, en fin el héroe del día. Su capitán lo abraza entre lagrimas de alegría.

   La sala de juego se encuentra ya vacía, recuperándose de la cantidad de emociones que han fluido en tan corto espacio de tiempo. Sobre las mesas, todavía se encuentran los tableros, con algunas piezas colocadas, otras tiradas por encima de la mesa e incluso del suelo. Los relojes parados, todavía marcan los dígitos en donde se acabo la partida. Sobre la mesa donde se ha desarrollado esta batalla campal, este huracán de ideas, esta cruzada por la sabiduría, se encuentra una copia de la planilla de la partida. Se que reproducir todas las jugadas seria un gran trabajo por mi parte, creo que mi ordenador no tiene la suficiente memoria para coger tanta información, e incluso dudo que nuestra pagina web pueda albergar tanta información. Pero me tengo que arriesgar a reproducir aquí y ahora la partida, no me queda otra, se que es un trabajo hercúleo, pero me debo a mis admiradores, ellos lo merecen todo.
   Así que aquí va, agarrarse que vienen curvas, la reproducción de la partida de Jorge:
1. e4  # 1-0.

Aquí vemos  a Jorge en el transcurso de la partida. Se nota la excitación  en el rostro de nuestro compañero, así como la complejidad de la posición, clave en la partida.