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005 - POR EL VALLE DE LA MUERTE CABALGAN LOS SEISCIENTOS.

CRONICA 005 - PUBLICADA EN EL 2008

De regreso a casa, tras jugar la partida de la 4ª ronda contra LaPuerta B, estuve pensado como describir en esta crónica lo sucedido antes, durante y después de la partida. Me vino a la mente unos heroicos versos del poema dedicado a la Carga de la Brigada Ligera durante la Batalla de Blaklava en 1854 durante la Guerra de Crimea. Decía algo así: “….. por el valle de la muerte, cabalgaron los seiscientos….,” pues bien quitar lo de los seiscientos y poner los cuatro, o sea, los cuatro componentes del equipo B que cabalgaron por el valle de la muerte esa lluviosa tarde de sábado en tierras Cartageneras.

   El poema sigue así:  “Cañones a su derecha, cañones a su izquierda, cañones al frente……”, pues bien el equipo B vio cañones esa tarde hasta por debajo de las losas. Sigue el poema; “Descargaron y retumbaron, tronaron disparos y proyectiles, valientemente montaron directos, hacia las mandíbulas de la muerte, hacia la boca del infierno, cabalgaron los seiscientos”, creo que no hay que explicar nada mas, sobra las palabras.

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   Se presento el Mar Menor B con un equipo de compromiso para jugar en Cartagena con LaPuerta B, uno de los cocos de esta 2ª División. Tras la paliza recibida por el LaPuerta C en la 1ª Ronda, los del B nos recibieron con una sonrisita maliciosa y pensando “vais a llevar pocas”, y efectivamente, nos las comimos todas. Tras las bajas de nuestras dos primeras raquetas, José Francisco Muñoz y Mario, el capitán del equipo B apostó por rotar el equipo en vistas de lo que se nos venia encima, dando oportunidad a la cantera para que se foguease un día antes de su debut en el campeonato cadete por equipos. Nuestra única oportunidad era que el equipo contrario tuviera alguna que otra baja, y efectivamente, presento el equipo de gala, como no, una vez mas la ley de Murphy acierta. Parecía un combate entre un boxeador de los pesos pesados contra otro de los pesos piojo, que estampa, para enmarcar. Y para rematar nos ponen los tableros de lujo, ala sin letras, ni números, ni na, anda que la tarde se presentaba bien.
   La crónica de las partidas se resume de la siguiente manera: cuatro partidas, cuatro paseos militares para los cartageneros. Yo no pude hacer nada contra un Alcaraz Pacheco en el primer tablero, iba tan sobrao que encima no me comí un alfil que me había sacrificado por tres peones. Viendo una posición muy mala para mi rey decidí que lo mejor era que se comiera un peón gratis, y mira tu por donde, se comió uno, después otro, y luego lo que le dio la gana, una partida horrenda por mi parte. Paco presento dura lucha contra Miguel Plana, también conocido esa tarde como el hombre del saco II,  pero perdió una pieza, algo raro en el, y se derrumbo, perdiendo honrosamente la partida.
   Fueron los chicos de la cantera los que sumaron las otras dos derrotas al casillero del Mar Menor B, pero todo hay que decirlo tras ofrecer valiente y dura lucha, como aquellos Dragones y Húsares Británicos en tierras rusas. Pero como estos cayeron y fueron derrotados sin remisión. Ángel perdió contra David Quesada y Pedro contra David Jiménez, este ultimo una vez en clara ventaja se dedico mas a que no le dieran un muy difícil jaque continuo que a rematar la faena.
   Desde aquí quiero agradecer a los padres de Ángel y Pedro su inconmensurable esfuerzo para que pudieran jugar esa tarde de sábado y al día siguiente por la mañana con el equipo Cadete. Vaya para ellos mi agradecimiento como capitán del equipo.
   Y no quisiera finalizar esta crónica sin los últimos versos del poema a la Carga de la Brigada Ligera, que creo que es una fiel descripción de cómo se termino la jornada para los componentes del equipo B:  “¿Cuándo podrá su gloria desvanecerse?, ¡O la de la salvaje carga que hicieron!. Todo el mundo se sobrecogió. Honor por la carga que hicieron, honor por la brigada ligera, nobles seiscientos.” 

 

 

 


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