Erase una vez un grupo de intrépidos y "pepeñajos" jugadores de ajedrez a los que se le ocurrió ir a competir a tierras lejanas y peligrosas con la intención de pasar unos dias disfrutando de su deporte favorito. Para ello necesitaban la ayuda de sus familias para que los llevaran en tan larga y peligrosa travesía. Sus padres, sus madres y sus hermanos haciendo un gran sacrificio, levantarse a las seis de la mañana, y se apuntaron a la aventura, una gran aventura.
Una gran caravana se congrego en las fértiles tierras del Mar Menor. Muchas, muchísimas carretas la componían, en ellas los valientes jugadores del Mar Menor estaban dispuestos a correr mil y un peligros para llegar a su destino, el Salvaje Oeste, o como se le conoce hoy en día, Lorca.
Muchos serian los peligros ya que se tenia que atravesar una tierra hostil e inospita, llena de grandes peligros, salvajes, desiertos, lluvia torrencial, sed, calor, y el limite de 110 km/h por autopista, pero estaban preparados. Despues de una corta noche los componentes de la travesía apagaron sus hogueras tras desayunar bien temprano un plato de judías con tocino, acompañado de un café de puchero de los que despiertan a la bella durmiente y se prepararon para partir.
Los guías de la gran caravana apoyados por su gran experiencia en estos viajes a las tierras donde las manadas de Pavos corren a sus anchas eligieron el camino mas fácil, aunque el menos corto. Aun así las dificultades aumentaban cada vez mas. En cada curva esperaban a los temibles "meletericos" preparados para para empapelarnos por ir muy rápidos. En cada poste veíamos un maléfico radar listo para ponernos una quiniela de catorce. Llovía, había niebla, frío, calor, y encima Pedro iba de guía, la tensión se mascaba en cada metro, en cada palmo.
Pero no todos los que iban en esta gran aventura eran jovenes jugadores, un grupo de los mas veteranos también se apuntaron para ir al Salvaje Oeste. Conduciendo su Diligencia Audi TT Fargo and Huevos Corporeision iban Arturo, apodado Bill el "chocolates" y su compañero Cayo "el hombre del norte". Les costo muchísimo ir al pobre paso de las demas carretas y todos esperaban el momento en que Arturo arreara a sus corceles, metiendo la 8ª marcha, y nos dejaran atrás, pero no sucedio, ya que no sabían el camino, de haberlo sabido hubieran llegado con diez meses de antelación a nuestro temible final.
Despues de varios dias de viaje sorteando mil y un peligros la caravana llego casi sin incidencias y nuestros chicos y chicas pudieron defender a su club en el mayor campeonato por edades de su territorio, pero eso es ya otra historia.
DEDICATORIA
Dedicado a los padres, madres y familiares que han hecho posible que tantos niños y niñas de nuestro club puedan participar en este Campeonato Regional por Edades. Desde aquí quiero agradecer su apoyo y dedicación, muchísimas gracias.
