Cuenta la leyenda que un inteligente
aldeano iba todas las noches a jugar una partida de ajedrez a una posada
cercana a su casa. Jugando al ajedrez por las noches conoció a una dama de la
cual llego a enamorarse, y a raíz de eso nuestro protagonista acudió todos los
días a la misma hora a la posada para jugar al ajedrez con la dama hasta altas
horas de la noche. La dama era pálida, de pelo oscuro, labios rojo carne y ojos
algo hinchados en sangre, bastante callada, lo cual sugería que se centraba
mucho en la partida. Pero una noche, la extraña dama apareció nerviosa, cosa
que él, ciego de amor, apenas notó. Súbitamente ella alargó su mano a la
ventana en un arrebato de nervios y con sus afiladas uñas arañó el cristal,
produciendo un escalofrío en el aldeano. Y en un momento dejó ver unos afilados
colmillos. Dirigiéndose a nuestro protagonista le dijo:
- Lo siento mucho por tí pero tengo que morderte, estoy hambrienta y no he
cenado. - El escritor empalideció de terror, ¿como se había dejado engañar por
una vampira? ¿qué podía
hacer?.
- Es inútil que trates de huir; en
cuanto salgas de aquí alzaré el vuelo y te alcanzaré- le dijo la vampira
Intentando ganar tiempo pidió como
última voluntad que le dejara vivir hasta acabar la partida. La vampira accedió. Pero la partida ya no llevó el mismo ritmo
que antes, ahora el aldeano trataba de ganar en vano algo de tiempo. Pero
cuando a ella le tocaba mover, lo hacía rápido para acabar antes. Los nervios
del vampira crecían, y viéndose desgraciado el
escritor hizo unas cuantas jugadas rápidas hasta que de repente se quedó
pensando justo en esta posición.
Blancas: Aldeano
Negras: Vampira
En la que
anunció jaque mate en 7 jugadas
1. Txg7+ Rf6 2. DxC6 3. TxC6+ Dd6 4. Txd6 4. Txd6+ cxd6 5. Cc7 d5 6. Cxd5+ Re6 7.Te7
Las piezas
forman la santa cruz. La vampira lanzó un chillido y
huyó a través del arañado cristal, volando y dando gritos de horror. Nuestro aldeai se escapó, y por esa posada no volvió a aparecer.