Cuenta la leyenda que, en la segunda
mitad del siglo XIV, Paolo Boi, considerado el mejor
jugador de la época, frecuentaba a una
bella doncella con la que jugaba al ajedrez. Quiso el destino que el diablo se disfrazara
de doncella y retara al campeón italiano y utilizando sus maléficas artes
consiguió la siguiente posición:
Blancas: Diablo
Negras: Paolo
En la que
anunció jaque mate en 6 jugadas
1. Txg7+ Rf6 2. DxC6 3. TxC6+ Dd6 4. Txd6 4. Txd6+ cxd6 5. Cc7 d5 6. Cxd5+ Re6 7.Te7
Paolo, al
darse cuenta que estaba jugando contra el diablo, comenzó a rezar y Dios, que
había estado al lado de Paolo Boi, hizo que el mate
no se llegará a producir, ya que en el momento en que el diablo iba a realizar
la jugada decisiva se dio cuenta de que con ella formaba una cruz y abandonó
airado la partida.