El romántico sin esperanza
El danés Bent Larsen esta considerado como
uno de los mejores jugadores de la europa occidental
del siglo XX hasta el punto que en el famoso “match del siglo”, en el que la
selección de la Unión Soviética se enfrentó a una selección del resto del
mundo, defendió el primer tablero, por delante del mítico Bobby
Fischer.
Nació en Tisteld (Dinamarca) el 4 de marzo de 1935 y aprendió a
jugar a los 6 años. Aunque tuvo éxitos juveniles a nivel nacional no se le
puede considerar un niño prodigio y su primer gran resultado lo obtuvo en las
Olimpiadas de Ámsterdam 1954 y posteriormente en la de Moscú 1956 en las que
consiguió el titulo de Maestro Internacional y Gran Maestro, respectivamente.
A partir de ese
momento, sus éxitos se sucedieron y era raro ver un torneo en el que no
estuviera entre los 5 primeros clasificados. Larsen
empieza a ser conocido por sus victorias, pero también por su estilo
tremendamente original. Enamorado de la época romántica, se preocupa de
resucitar aperturas en desuso como el Gambito de Rey, la apertura vienesa
y la apertura del alfil y otras hipermodernas como
1.g3 y 1.b3 (conocida ahora como Apertura Larsen). Su
juego era agresivo, siempre tenía una idea fija en su cabeza: la victoria, para
lograrla hacía gala de una fina técnica y de una gran comprensión de la
posición. Remataba muchas de sus partidas con bonitos sacrificios de pieza.
Pese a esa arriesgada forma de jugar sus éxitos se suceden en la década de los
60 y los 70 clasificándose para los torneos de Candidatos de 1965, 1968, 1971 y
1977
Se
especula mucho sobre las razones de porqué Larsen no
pudo llegar a luchar por el título de campeón del Mundo con más consistencia,
una de ellas y la que parece más razonable es que Larsen
no tuvo ningún entrenador ni preparador a lo largo de toda su carrera, optó por
prepararse en solitario (leía todas las publicaciones de ajedrez que llegaban a
sus manos). Esto era claramente insuficiente para afrontar los duros matches del torneo de candidatos, un entrenador hubiese
ayudado a Larsen a buscar los puntos débiles de sus
rivales y hubiese mejorado su repertorio de aperturas.
A pesar de no ser campeón del Mundo hay que
reconocerle sus méritos, su estilo de juego era bien recibido por los
aficionados que siempre disfrutan degustando buenas partidas de ataque. Larsen era un luchador nato, las derrotas no parecían
afectarle y en la ronda siguiente jugaba todavía con más brío. Para él solo
existía una posición valida en un torneo: el primer puesto, no entendía la
manía de algunos jugadores de hacer tablas rápidas, (uno de sus defectos fue no
conformarse con tablas en ciertas posiciones lo que le hacía, al forzar
demasiado, perder más partidas de las debidas) su opinión a ese respecto es
clara: "No entiendo a los jugadores que no pierden ninguna partida y al
final quedan en 5º lugar. Por ¡supuesto es otra cosa
cuando el que evita las derrotas es el ganador".
Para conocer lo que es el ajedrez para Larsen basta con ver este extracto de una de sus
entrevistas, en el que define que características debe tener un buen jugador de
ajedrez: "Un jugador de ajedrez debe tener voluntad para ganar,
autocontrol, conocimiento de la lógica y la psicología, buen ánimo, gran
imaginación, capacidad de cálculo y capacidad de concentración".
En la
actualidad reside en Argentina y aún juega algún que otro torneo con su mismo
estilo vigoroso de siempre.